Las picaduras de insectos habitualmente originan reacciones en la piel en forma de enrojecimiento, dolor y calor, que se resuelven en poco tiempo con o sin tratamiento.

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Sin embargo, existen pacientes alérgicos a sus venenos pudiendo presentar una gran variedad de síntomas tras la picadura, que van desde reacciones locales hasta reacciones generalizadas (anafilaxia) que ponen en riesgo su vida.

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El diagnóstico oportuno mediante la detección de anticuerpos específicos en contra de estos venenos por parte de un alergólogo, permitiría un tratamiento eficaz para la prevención de una reacción ante el riesgo de una nueva picadura.